Carolina es una gallina muy particular.
Sumamente inconformista con el mundo que la rodea, desde su nacimiento comienza
a poner en tela de juicio las normas establecidas y a reflexionar con tono de
humor sobre los valores auténticos de la vida, reivindicando así sus derechos.
EL
NACIMIENTO
Antes de
nacer yo estaba formándome, muy poquito a poco, metida en un huevo.
Muy
poquito a poco se hicieron mis patas, mis ojos, mi pico y todo mi cuerpo.
Pero de
aquel tiempo no recuerdo nada. Mi madre me lo explicó luego. También me explicó
que mientras me hacía, yo estaba dormida. Ella se sentaba encima del huevo. Con
mucho cuidado para no romperlo. Así me abrigaba.
Un
día desperté. Tenía calor y estaba encogida. (…)
Busqué
una salida. No encontré ventanas ni tampoco puertas. Me puse nerviosa.
Grité
que me abrieran, y nadie me oyó, me moví hacia un lado, me moví hacia otro, no
sabía qué hacer. Pero tuve suerte, porque descubrí que tenía pico. Era fuerte y
duro. Me podía servir para abrir boquetes.
Pica que
te pica, abrí uno pequeño, y se metió el aire dentro de mi huevo. Se me fue el
calor, y seguí picando.
Se
agrandó el boquete. Saqué la cabeza, y vi que unas plumas, suaves y negras,
rozaban mi cara. Eran de mi madre. Y vi sus dos alas, que estaban tapándome (…)
Quería
salir pronto, y seguí picando.
Hice un
gran esfuerzo, y de pronto ¡crac!: se había roto el huevo y yo había nacido.
¡Qué emoción sentí!
Comencé
enseguida a andar por el mundo: salté entre los huevos. Pisé sobre pajas.
Revolví las plumas suaves y negras que eran de mi madre.
Terminé
muy pronto. No me gustó mucho. El mundo era chico y estaba cerrado. Había dos
puertas con la llave echada: eran las dos alas con las que mi madre me tenía
tapada. Y otra vez me puse nerviosa, porque me aburría.
Y
entonces mi madre ahuecó las alas. El mundo se abrió y yo salí fuera.
Mi madre
era guapa. Me estaba mirando con cara contenta y ojos de cariño.
Me
acercó a su pecho. A mí me gustaba estar junto a ella. Pero soy inquieta por
naturaleza y me cansé pronto:
-¿Por
qué no nos vamos? –pregunté.
-Tengo
que cuidarlos –dijo, y señaló los nueve huevos que tenía debajo.
-¿Por
qué?
-Porque
dentro están todos tus hermanos.
-Y qué
es un hermano?
-Un
hermano es alguien que re quiere mucho. Y vive en tu casa, te lo presta todo, y
juega contigo.
Parecía
estupendo tener nueve hermanos.
-¿Y por
qué no nacen? –pregunté impaciente.
Porque
están dormidos.
-Pues
los despertamos. Le voy a ayudar a romper los huevos.
Mi
madre movió su cabezo diciendo que no y luego añadió:
Hay
cosas que las debe hacer cada uno solo. Siéntate y espera.
Me senté
a esperar. ¡Uf! Como tardaban.
De
pronto, vi asomar un pico en un cascarón. Di un salto de gozo: ¡mi primer
hermano estaba naciendo!
Miré
atentamente.
Con
mucho trabajo fue abriendo un boquete. Quería ayudarle, pero recordé que hay
cosas que las debe hacer uno por sí mismo.
-¡Ánimo! –le
dije.
Mi
hermano hizo un gran esfuerzo. El huevo crujió. Se abrió por la mitad. Y ¡allí
estaba él!, nacido y contento. Y lo consiguió trabajando solo.
Así, más
o menos, nacieron mis otros hermanos. Todos con esfuerzo, por sí mismos
VAMOS A LEER EL CAPITULO DEL LIBRO: " MEMORIAS DE UNA GALLINA"
***POBRE
PICO- FINO***
Un día mi madre
miró a Pico-Fino con sus ojos serios
y dijo:
- Pico- Fino, hijo, debes de
comer más. No has crecido mucho. Ya
sabes qué ocurre si un gallo no
es fuerte.
Mi hermano
tembló. Los demás pusimos cara de
estar asustados. Y mi madre dijo:
- Debes comer mucho.
Y desde ese día
él comió y comió. Siempre le
dejábamos los granos mejores, los tiernos,
los más dulces, y los más jugosos.
Pero no crecía.
Todas las
mañanas mi madre tocaba su cuerpo, y
se daba cuenta que nunca engordaba.
Miraba su cresta, y no era más
roja; medía las plumas que tenía
en su cola, y no eran más largas.
¡Pobre Pico- Fino!
Había que pensar en algún remedio:
- ¿ Y si le ponemos
mil plumas de pájaro tapándole el cuerpo?
- Le estarán pequeñas,
y, si sopla el viento, se le
soltarán.
- ¿Y si le pintamos
la cresta de rojo?
- Seguirá delgado, con
cola corta, además si llueve se desteñirá.
- ¡ Lo tengo! - grité -
Si soplamos todos dentro de su pico,
se pondrá muy gordo. Y no encogerá,
aunque llueva mucho.
Soplamos, soplamos... Se llenó su buche, pero no engordó. Estaba muy raro. Con el cuerpo chico, con el buche grande, la cola corta y la cresta pálida.
Mi madre
susurró:" no sirve" , y luego lloró.
Pico - Fino se puso las alas sobre la cabeza, se tapó los ojos y también lloró. Mis otros hermanos miraban con pena. Pero yo pensé.
Piensa que te
piensa, una idea venía y otra se
marchaba. Me dolía la cresta de
tantas ideas como la apretaban. De
pronto, grité:
_ ¡ Ya está! esta
idea si sirve.
Extendí las alas,
las agité fuerte, y en unos segundos
estaba subida encima del aire.
_ Te enseñaré a
volar y luego te escaparás. La valla
del patio no es alta - expliqué.
_ Pero, ¿y si no
aprendo a subirme al aire? Es que soy
muy torpe - dijo Pico- Fino con cara de
miedo.
Tuve que reñirle:
_ ¡ Que yo no te
oiga decir que eres torpe!
_ Pero soy delgado.
_ Pues mucho mejor.
Así pesas poco, y el aire te llevará
sin ningún esfuerzo.
_ ¿A dónde me lleva?
_ ¿Y eso ahora que
importa?
_ Pero ¿y si me pierdo?
Mira, mejor no me escapo.
Tuve que enfadarme:
_ ¿Es que eres un bobo? ¿Quieres que te
coman?
Se puso muy triste, y olvidé mi enfado. Pobre Pico - Fino, era un gallo débil, y además miedoso. Tenía que ayudarle.
_ Anda Pico-Fino, vamos a volar, es muy
divertido _ le dije con voz de quererlo mucho.
Empecé enseguida a
darle lecciones. Primero de volar bajito, después de volar más alto. Y le
fue gustando, y hasta se reía.
Volamos a todas horas, sin pensar
en nada que no fuera el aire.
Volar y volar. ¡
Era emocionante!
Volando, rozamos los árboles, hicimos carreras con los gorriones, y nos divertimos.
Un día subimos al muro que cerraba el patio. Miramos el campo, que estaba por fuera. Era enorme y verde, y no tenía vallas.
- Me gusta. Ya no tengo miedo. Me voy a ser libre ¿Te vienes conmigo?_ me dijo.
Lo pensé un momento. Pero
respondí:
_ Debes marchar
solo. Si me voy contigo, y te cuido
siempre, nunca serás libre.
Juntamos las alas.
Nos dimos un beso. Él se echó a
volar. Yo lo vi alejarse, jugar con
el aire, posarse en un árbol, levantar un ala
diciéndome adiós, y seguir volando. Iba alegre y libre.
Pobre Pico- Fino, lo matará un
zorro. Suspiró mi madre.
No lo matará.
Vivirá a su gusto. Volará muy alto,
y algún día será el rey de los
pájaros
A C T
I V I D A D E S
1.- Contesta las siguientes
preguntas.
¿ A qué libro pertenece el
fragmento de Pico- Fino?
¿Conoces otros libros de la misma autora?
2.- Al
siguiente fragmento, del texto que has
leído sobre Pico- Fino, le faltan algunas letras.
Escríbelo completo.
"Yo lo _i
ale_arse, _ugar con el aire, posarse
en un ár_ol, le_antar un _la diciéndome
_di_s, y se_uir _olando. I_a ale_re
y li_ero"
2.- Comprensión Lectora
A.- ¿Por qué le dice la madre a Pico - Fino que tiene que comer más
B.- ¿Qué remedios
pensaron para que el pollito engordase?
C.- ¿Cuál fue la solución de la gallina?
D.- ¿Por qué se enfadó la gallina con Pico- Pino?
E.- ¿Qué consiguió, al final la gallina?
F.- ¿Por qué no
se fue la gallina con Pico - Fino?
4.- Expresión escrita
Escribe la primera aventura de Pico - Fino,
después de conseguir la libertad